samedi 23 février 2008

Mon arrivée à Paris!!

Pues sí, ya se cumplió el sueño de llegar a la tierra prometida. Las cosas son tal y como las imaginaba. Siento como si ya hubiera estado aquí antes y como si no estuviera conociendo las cosas, los lugares, la gente, es como si más bien las estuviera reconociendo. Ayer en la noche que salí de México, me sentí como si estuviera a punto de iniciar una carrera y ya hubieran gritado: Fuera! Un momento tan deseado, pero también tan esperado, a veces sentía que nunca iba a llegar.

Me sentí feliz cuando el avión se empezó a mover de la pista, pero cuando empezó a despegar la emoción fue tal que no pude contener las lágrimas, lágrimas que me ardían y yo sentía que a la vez que limpiaban mis ojos de la contaminación, me quitaban todas las nubes y los miedos que opacaron tantas veces mi visión y hacían que me sintiera ofuscada y nerviosa. Pues sí, después de estas lagrimillas me sentí mejor, me sentí feliz y me di cuenta que hoy comenzaba la aventura y que, con su inicio dejaría atrás todo las telarañas mentales que me atormentaban. Hoy sería yo, sin importar nada más.

El vuelo fue lo más tranquilo y cómodo que pude haber imaginado. Resulto que yo escogí sentarme en la ventanilla porque quería ver lo que pasaba por debajo de mí, aunque eso implicara molestar a todos los de al lado para ir al baño y regresar. Pero resultó que la persona que iba junto de mí nunca llegó. Entonces sólo quedamos un chavo sentado del lado del pasillo y yo pegada a la ventanilla. La pasé muy bien. De cenar nos dieron pollo con pasta, yogurt, pan, queso, ceviche de camarones, vino y pastelito de chocolate con café americano. Ví la nueva peli (Atonnment) de Kiera Knightley, está buenísima! Sí, la peli tampoco está nada mal! No, en serio sí está muy buena la peli, me encantó. Después me dormí, hasta las 6 de la mañana del otro día y me desperté para intentar ver otra peli, pero ninguna de las que estaba me llamó la atención y ya pronto empezaron a servir el desayuno.

Esta vez fue yogurt, pan, mantequilla, cuernitos, yogurt y jugo de naranja, más francés no se podía. De ahí empecé a platicar con el chavo que venía sentado junto de mí y resulto que era un chavo super agradable, diseñador de modas de una marca mexicana que se llama Ivonne. Estuvimos cotorreando un rato después cuando nos dimos cuenta ya estábamos aterrizando y Rubén, o sea el diseñador me acompaño hasta mi taxi y se porto basta amable. Tomé el taxi, era un chavo asiático, sorry por no especificar de donde pero todavía no he convivido lo suficiente con ellos como para poderlos diferenciar. Me llevó hasta el departamento de Karen Maguire, mi amiga de la OCDE que conocí en México en una de las misiones, y que me ha dejado estar de intrusa en su departamento en lo que yo me establecía.

Llegué al lugar y me quedé sorprendida, es un edificio clásico francés, de esos viejos con la entrada enorme y con un hall igual de grande. Ella me dejó las llaves de la entrada con su portera y, después de recogerlas, me subí al elevador con mis chunches hasta el cuarto piso. Obvio, con semejantes maletotas, tuve que dar dos viajes porque o entraban las maletas o entraba yo. Ya por fin logré entrar después de pelearme horas con la puerta, entré al depa y resulto que es un lugar grande, con suelo de madera, cosa que bastante deseada en Paris, y me encontré con una cama super preparada en medio de la sala, con vista a la calle Ru du Faubourg Saint Antoine, una de las que da justo a la Bastille. Ya se imaginaran la vista. Me encantó la idea y también que ella había tenido el super detalle de poner notitas de “Welcome to Paris, Marisol” por todos lados. Me dejó encima de mi cama una nota que decía que podía tomar todo lo que quisiera, que en el frigo había comida, me dijo como usar el teléfono, como poner la calefacción, como encender la tele y como usar internet! Es, definitivamente, un amor.

Llegué a revisar mi mail como buena “workaholic” y luego me metí a bañar, porque ni piensen que voy a regresar apestando como los franceses! Luego salí a ver a mis amigos mexicanos. Nos quedamos de ver en la estación Hotel de Ville. En el camino fui a buscar como ponerle crédito a mi celular, que ya había puesto a cargar, y resulto un poco complicado porque tuve que ir preguntando de local en local si sabían donde podía abonar dinero a mi cuenta. Total que ya logré ponerle y luego entré al metro y tuve que investigar como se utiliza el metro, porque no tenía ni p..a idea. Ya, por fin después de que la señorita del módulo de información me viera con cara de “esta provinciana para que se sale de su pueblo” Entré al metro y tuve que equivocarme como tres veces de dirección y de trasborde para aprender la lección que lo mejor era conseguir un mapa lo más pronto posible.

Para esto yo sólo había comido lo que me habían dado de desayuno en el avión y ya eran las 6 de la tarde, hora de París. Pero, afortunadamente llegué con mi amigo el mexicano que se llama Mario y fuimos a su departamento. Llegamos y estuvimos ahí y me dio de comer un poco de atún y galletitas. Con eso fue suficiente para aguantar a la noche que había quedado de cenar con Karen. Joann me había dicho que si lo acompañaba a clases de salsa, pero la verdad me interesaba más ver el departamento y cenar para agradecerle a Karen, ya habrá tiempo la próxima semana para las clases.

Karen y yo nos vimos en el departamento a las 9 30 y fuimos a cenar a un restaurante que está justo debajo del edificio y estuvo super rico. Cené una “Brochette de Chipolatas” con puré de papa y una copa de vino delicioso. Lo que impresionó fue lo caro del lugar. El platillo que pedí, que eran 4 salchichas delgaditas enroscadas en un palito de brocheta, costaba 16euros y ya con todo y vino, han de haber sido como 23 euros sólo de lo mío!! Es decir, lo que yo debo gastar en comida a la semana! Lo bueno es que Karen se compadece bastante de mí y no me dejo pagar nada, pero, evidentemente, está totalmente fuera de mis posibilidades sentarme a tomar aunque sea sólo un café en un restó (como les dicen aquí).

Regresamos a la casa y escribí un poco, revisé mi mail y me puse con Karen a organizar mi día. Me dijo como tenía que hacerle para llegar a la residencia de Lila para ver la habitación que ya me había reservado Sciences Po, me dijo como llegar a Sciences Po, también me dijo que sería bueno que fuera a la Iglesia Americana a viera los anuncios pues luego hay cosas buenas para los estudiantes, y que fuera al banco a ver lo de mi cuenta. Después de todo esto, y de haber pasado mi primer día en Paris, me dormí. Pasé una noche super rica y ni me di cuenta del cambio de horario.

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